Este stand se resolvió mediante un contenedor básico de aglomerado a partir de materiales crudos e inacabados: un stand modesto y sincero, que se ha ido adaptando anualmente a las necesidades expositivas de cada colección.

Perseguíamos un espacio informal, sencillo pero con carácter, acorde con la filosofía de Marset: líneas sobrias a la vez que frescas e imaginativas. Para ello, empleamos aglomerado como material principal. Una vez pintado con veladuras blancas no uniformes, se convirtió en un fondo ideal para el producto.

Creamos un lugar donde sentirse cómodo en seguida, como en casa o entre amigos: un buen reflejo de los valores de Marset y de nuestro propio discurso, cuya coherencia se mantiene desde hace más de 20 años.

Proyecto: Stefano Colli

Fotografía: Jara Varela, Eugeni Pons, Peter Holger