Este fue un proyecto atípico y divertido; acondicionar un local en planta baja en el barrio del Raval como un lugar de trabajo y ocio personal. El cliente, un buen amigo, pretendía contener en este espacio sus pasiones y pertenencias personales.
Una cocina industrial, una bodega con muchos vinos, una gran librería llena de recuerdos, obras de arte de todos los estilos, definen este espacio pensado para estar solo trabajando o junto a amigos, disfrutando. El reflejo fiel de un buen carácter: el de YOMO.
Proyecto: Stefano Colli
Colaboradores: Gianfranco La Cognata, Lluís Garriga
Fotografía: Leo Garcia Méndez
Inscripción caligráfica: Oriol Miró